El Mito — 28 octubre, 2015 at 8:04 pm

LA NUEVA NOVELA EN CLAVE ZEN

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Por José Tomás Labarthe

 La Nueva Novela (1977), del poeta chileno Juan Luis Martínez (1942-1993), es un libro sui géneris. La cuestión por la naturaleza del libro –en tanto objeto– y por la poesía –­en tanto sujeto­­– se pone una y otra vez en perspectiva a través de sendos problemas de lectura. Las problemáticas planteadas son de índole diverso: postulados científicos, la muerte de la literatura, poesía visual, juegos de ingenio, semiología y semiótica, el oído, la censura, Marx, Rimbaud, Superman y bla… bla… bla.

No menos variopintas, las numerosas revisiones críticas de este libro excéntrico[i] se han encargado de teorizar y desteorizar la obra por partes, como si el todo no pudiera decirse de una sola vez.de esos abordajes teóricos existe una línea, abierta inicialmente por Enrique Lihn y Pedro Lastra, y prolongada luego por Marcela Labraña, con la cual me gustaría triangular.

La referencia a las enseñanzas budistas en La Nueva Novela, que identifican Lihn y Lastra[ii], no es un chiste de Kung Fu Panda, aunque parezca: “esos rollos en blanco son las verdaderas escrituras, pero como veo que sois demasiado ignorantes, no habrá más remedio que escribir algo en ellos»[iii].Labraña detalla esta presencia oriental encontrando en Martínez semejanzas conceptuales con la poesía china, al combinar poesía y pintura, textualidad y visualidad, temporalidad y espacialidad: “la poesía en general, debido a su naturaleza lingüística, se desarrolla en el tiempo, se expresa sucesivamente. La poesía china, en cambio, dispone palabras en el espacio. Martínez desarticula la clasificación genérica de la literatura, proponiendo una especie de nuevo engendro literario que aúne lo lingüístico y lo icónico, la poesía y la pintura. Para los chinos esta vinculación es obvia desde hace siglos”.

 

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UN PROBLEMA TRANSPARENTE

En la tradición Zen, hay una figura que resume de ejemplar manera la noble pero tortuosa relación entre el maestro y el discípulo. El koan. Repitiendo palabras de D.T. Suzuki, un koan es un documento público cuyo objeto es sacar a la luz un documento privado[iv].El maestro, para corroborar el progreso espiritual de su discípulo, lo pone a prueba a través de esta suerte de paradoja. Si el discípulo logra experimentar el koan al punto de su comprensión accederá de inmediato al satori. El despertar. La iluminación. Aquí 4 ejemplos distintos:

  1. Saca de tu manga las cuatro divisiones de Tokyo.
  2. Detén aquel barco que va por el distante océano.
  3. Detén el sonido de la distante campana.
  4. Una niña cruza la calle. ¿Es la hermana menor o la mayor? (El camino del zen, página 155)

Estos 4 ejemplos tienen una estructura similar. En un comienzo instalan una duda. Luego tienden una trampa, que alude al lenguaje (un aparente problema que supuestamente se debe resolver).Y finalmente engañan al discípulo a buscar en la dirección contraria: “todo el mundo sabe que la naturaleza búdica está dentro de nosotros, y que no tenemos que ir a buscarla; por tanto ningún estudiante será embaucado aunque se le diga que vaya a buscarla a la India. En realidad se lo alienta para que se ponga totalmente tonto, para que gire en torno de sí mismo dando vueltas como un perro que trata de agarrarse la cola” (Watts: 2003, página 156).

Este tipo de disposición textual alienta la comparación con una serie de textos de La Nueva Novela, configurados de la misma manera exhortativa:

 

¿Qué escucha cuando escucha

los trágicos trotes silenciosos

de un caballito de madera  desarmado?

(La Nueva Novela, página 92)

 

Primero la duda, luego la trampa, finalmente la falsa dirección. El poema como problema. El poema sin solución (es imposible que un caballito de madera trote desarmado ergo no-hay-sonido-que-escuchar). ¿Mas no es el silencio acaso otra forma del sonido? Otro famoso koan, anónimo, apunta en este sentido: “conocemos el sonido de la palmada de dos manos, ¿pero cuál es el sonido de la palmada de una sola?”. ¿Es posible escuchar el silencio, ver el aire, tocar a luz? La pregunta es rescatada en el poema “Un problema transparente”:

 

¿Si la transparencia se observara a sí misma, qué observaría?

(La Nueva Novela, página 42)

 

Permanentemente en La Nueva Novela se está apelando[v]al lector para que “complete ciertas tareas: tocar, mover, colorear, unir números, contestar preguntas”,motivándolo a “ejercer activamente como decodificador del mensaje” (Labraña: 1999):

 

¿Cómo se representa usted al Ser?

¿Tiene plumas en los cabellos?

¿Es la Nada más sensible el domingo que los otros días?

(La Nueva Novela, página 31)

 

La mayoría de estos escenarios se presentan así, inacabados, contradictorios, interactivos. La trampa del lenguaje atrapa al lector en el margende lo lógico, de lo conceptual. ¿Respuesta? La pregunta es en sí la respuesta al contener la acción demandada. La recepción es la llave que abre la puerta a lo privado, hacia una lectura introspectiva:

 

Dado que el universo carece de un centro, usted puede imaginar un plano infinito que lo corte en cualquiera dirección a través de cualquier punto. El punto elegido deberá ser una burbuja de café en el instante de integrarse al infinito.

(La Nueva Novela, página 115)
 

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EL DESORDEN DE LOS SENTIDOS

 

Esta revisión orientalista de La Nueva Novela ciertamente es personal: la obsesión por enfocar uno de las tantos ángulos de un libro polisémico, protéico,convergente, que se resiste a ser agotado por sus lecturas.No es sin embargo una mirada antojadiza: hay constantesreferencias al nirvana, al tao, a los ideogramas,a la poesía china, todo enrevesado con un aire de falsa sabiduría, de sentencia y de aporía, estableciendo sendas paradojas, como la dela sonrisa del gato de Cheshire:

 

Y es así como gato y porcelana

se vigilan el uno al otro desde hace mucho tiempo

sabiendo que bastaría la distracción más mínima

para que desaparecieran habitación, repisa, gato y porcelana

(La Nueva Novela, páginas 75-76)

 

Esta alusión al gato de Schroedinger es amplificada ahora como experimento del lenguaje: utilizar la poesía como instrumento pseudo-científico para poner en evidencia lainconsistencia de su propia naturaleza, de sus tautologías.

En “La probable e improbable desaparición de un gato por extravío de su propia porcelana” también se hace evidente un sistema de opuestos que se vigilan mutuamentey que conviven en un mundo posible, pero a la vez implausible, como el cuerpo humano y su sombra. La aceptación de este balance de opuestosreinvidica simultáneamente a la razón y al absurdo en un complejoparadigma de relaciones que se avalansin exclusión, produciendo un desorden de los sentidos, que da paso a un nuevo orden de comprensión:

 

A través de su canto los pájaros

comunican una comunicación

en la que dicen que no dicen nada

(La Nueva Novela, pagina 89)

 

Si-todo-comunica, ¿qué dice un canto que no dice nada? La legibilidad del texto aquí se nos presenta finalmente como una restauración de los términos negativosa riesgo de la desesperación del propio lector:

 

(La Nueva Novela, pagina 33)

 

El poema “La desaparición de una familia” sintetiza, en la elástica figura de la casa, esta relatividad exasperante. Aquí algunos extractos:

 

Esta casa no es grande ni pequeña (…)

Esta, la casa en que vives, no es ancha ni delgada: sólo delgada como un cabello y ancha tal vez como la aurora (…)

Esta casa que hemos compartido durante tantos años es bajita como el suelo y tan alta o más que el cielo

(La Nueva Novela, pagina 137)

 

La Nueva Novela se erige como un libro-maestro con escrituras que apelan a un lector-discípulo, dispuesto a seguir la corriente a los juegos, reglas y trampasmontados en su interior, con el afánde recuperar la lectura como una experiencia activa, concreta, participativa y por qué no decirlo, espiritual. Es una tarea de poesía, un koan: recorrer este libro en cuyas ventanas entra el tiempo, bajo puertasdonde sale el espacio…

 

 

POEMAS ANEXOS

 

TAREAS DE POESÍA

 

Tristuraban las agras sus temorios

Los lirosos durfían tiestamente

Y ustiales que utilaban afimorios

A las folces turaban distamente

 

Hoy que dulgen y ermedan los larorios

Las oveñas patizan el bramante

Y las fólgicas barlan los filorios

Tras la Urla que valiñan ristramente.

 

Explique y comente:

1) ¿Cuál es el tema o motivo central de este poema?

2) ¿Qué significan los lirosos para el autor?

3) ¿Por qué el autor afirma que las oveñas patizan el bramente?

4) ¿Qué recursos expresivos encuentra en estos versos?:“Y las fólgicas bailan los filorios/ Tras la Urla que valiñan ristramente”.

5) Ubique todas aquellas palabras que produzcan sensación de claridad, transparencia.

6) ¿Este poema le produce la sensación de quietud o de agitado movimiento? Fundamente su respuesta

 

 

REFERENCIAS Y NOTAS

 

Labraña, Marcela: La Nueva Novela de Juan Luis Martínez y la cultura oriental. Chile: Revista vértebra nº4, 1999.

Lihn, Enrique y Lastra, Pedro: Señales de ruta de Juan Luis Martínez en “El circo en llamas”, de Enrique Lihn. Santiago: LOM Ediciones, 1996.

Martínez, Juan Luis: La Nueva Novela. Santiago: Ediciones Archivo, 1977.

Suzuki, D.T., Fromm, Erich: Budismo zen y psicoanálisis. Ciudad de México: FCE, 1998.

Watts, Allan: El camino del zen. España: Editorial Edhasa, 2003.

Weintraub, Scott: Juan Luis Martínez y las otredades de la metafìsica: apuntes metafìsicos y carrollianos. The University of New Hampshire: “Estudios”, págs. 141-168, enero-julio 2010.

 

[i]La rearticulación de los distintos tipos discursivos, descontextualizados de sus respectivos centros de referencia, “desafía, por ejemplo, nuestras preconcepciones sobre el binarismo sujeto-objeto que ha orientado el pensamiento filosófico durante siglos, así como también nuestra noción de la coherencia referencial-autorial de la voz poética” (Weintraub: 2010).

[ii] “El trabajo de Juan Luis Martínez está animado por una noción de la «ciencia oriental» que redunda en su forma de hacer poesía occidental: la «nosimismidad» ensimismada del sujeto que habla, que proviene de la oposición «sí mismo»/»no sí mismo». Buda opone la ilusión de la individualidad -el sí mismo, condenada a percibir ilusoriamente el mundo- al no sí mismo como una manera de acceder a la iluminación o a la verdadera sabiduría” (Lihn & Lastra: 1987).

[iii] Antolin & Embid: 1974, página 30.

[iv]“El koan está dentro de nosotros mismos y lo que el maestro zen hace no es más que señalárnoslo para que podamos verlo más claramente que antes. Cuando el koan es sacado del campo del inconsciente al campo de la conciencia, se dice que lo hemos entendido”(Suzuki: 1999, páginas 36-37).

[v] “Al lector se le pide examinar una serie de investigaciones ilógicas, construidas en un sentido general como paradojas o aporías, pero que sólo sirven para interrumpir y confundir la lectura” (Weintraub: 2010).

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