Destacados, Poemas — 19 octubre, 2022 at 1:57 pm

VALLE CENTRAL

by
fotografías: Luciano Contreras

¿QUÉ SE NOMBRA EN LOS VALLES DEL CENTRO?

Antologador: Claudio Maldonado

Se han capturado a veinte poetas desperdigados por todo el paño nacional y que han nacido en las capitales y pueblos de los valles del centro: Colchagua, Maule, Ñuble y el Bío Bío. Algunos/as ya se fuer on y de cuando en vez retornan para ver a sus familias y presentar algún libro que los conecte con algún recuerdo que ya es una invención. Otros/as han hecho de su permanencia una pequeña bandera de lucha, a veces poco comprendida cuando la paranoia y la soledad les sacude con mayor o menor acierto algún verso, que al decir de Borges está condenado a ser una palabra en un índice. Otras combinaciones de realidad y destino son muy posibles, al fin y al cabo hasta hablar de literatura global parece ser sacado de un compendio del siglo xix. ¿Qué sentido tiene hablar de la provincia y sus valles? Un potrero frenado por una cordillera a medio nevar, cerros de trumao vigilando las playas, ríos y canales alimentando los frutos de la creación, listos para viajar a los puntos más lejanos de un globo terráqueo empolvado en alguna casona colonial que aún no ha sucumbido a los terremotos del tiempo. Ese paisaje mental, como un boceto iniciático de una pintura de Olmos, podría conectar los imaginarios de estas veinte diferencias, un neolarismo que instala a sus hablantes poéticos en un conflicto directo con sus territorios: la lucha por mantener los ritos y tradiciones de una forma de vida anterior a lo que siempre y únicamente les ha tocado vivir, es decir, el predominio de la máquina que precede al dominio de la agricultura. Es el neoliberalismo y sus navajas, algo que para los hablantes encierra algo infernal: el arquetipo del hombre de negocios desplazando para siempre al artistaje celestial. Frente a esta nostalgia de lo que nunca se ha vivido, pero que intuyen es el llamado del camino, optan por abrazar la poesía y conectar sus dramas personales (la expresión de sentimientos como les dijeron alguna vez sus maestros en la escuela). Entonces se inventan una nueva posibilidad de lugar, una nueva geografía de lo imaginario. En esos espacios menores, sostenidos en la pugna contra el centralismo de Santiago, es que algunos de estos seres (que también son músicos, profesores, licenciados de oficina con vista a la plaza de Armas, gestoras culturales, editores, y laborantes free lance) han logrado ser asociados a las tradiciones poéticas fundamentales de la poesía chilena. Han recibido premios, becas y reseñas en los diarios importantes del consorcio. ¿Todo un carnaval en el barrio? No, no es así. Pocos saben en la cuadra del culterano poeta amante de Pasolini, del montañista letrado que sube para bajar su libertad en la palabra, de la maestra con apellido mapuche que emociona con su canto a un público virtual. Pocos saben en la cuadra que el vecino bueno para leer, gusta de perderse en las ruinas de los villorrios cercanos y registrar el fluir de la corrosión final. Pocos saben del militante rojo y beato que luchó en la dictadura y que alucina escribiendo un porno-erotismo cariñoso que también lucha por salvarse de la lupa funadora de los nuevos tiempos. Y más allá o más acá se conectan, sin saberse, el cultivador de sonetos del Siglo de Oro y la niña-mujer que tensa el arco y patea la mesa, las botellas y las vendas por todos esos años de censuras de un patrón que no quiere renunciar al abuso. Pocos saben en la cuadra y qué importa.

 

CRISTIAN LAGOS (1975)

EN EL PAÍS DE LOS ESPEJOS QUEBRADOS

Escribir desde el País de los Espejos quebrados

Será como ir a rescatar los volantines olvidados en/

el extenso cielo de los cables

Será como ir a la otra infancia

Recuerdas?
Hundiendo los dedos en el cielo
Oíamos llover
La lluvia se parece a los espejos
Cuando nos hablamos en silencio
huyen los tríeles y nos dejan
un trozo de cielo temblando entre los dedos
El cielo chorrea entre mis manos
En el País de los Espejos
todos los hombres se afeitan en la fuente de la plaza

Un día crucé el río
el río Cruces
y me hablaron los ahogados del río Bío Bío
los que iban en balsa y los que iban en bote
Rupe se acordó del canto de las aves
Mariano Cachaña de los remos sobre el agua
Pedro Cayucha su cuerpo flexado por la echona

Los ahogados
N.N.
También
Hablaron como si recordaran a sus muertos
Como si el cauce devolviera tantos rostros amados/

reducciones o veranadas

Pero yo
Sostenía el aire
Escuchaba como si mi padre estuviera Arriba
Las ovejas cubrían los pastos azules del cielo


 

Inundo la estrechez de las calles con tanto muerto/

a cuesta

En otras cunetas transcurrió mi infancia

Ahora
Llegan hasta aquí los amigos de mi padre

Fusilados en el alto Bío Bío

Bío Bío
Espejo de aguas
Devolviendo rostros cuyos nombres deletreo

En la portada de los diarios


MARGARITA BUSTOS CASTILLO (1980)

DIOS NO TE SALVÓ MARÍA

El mundo se encoge contra viento y marea perdida estoy
perdida estás
Dios no te salvó María,

Mercancía peregrina senderos sol ………………………………senderos luna vacía en desgracias
vacía en la razón del equilibrio
si no creyera en el delirio
si no creyera en la esperanza

Dios no te salvó María

El señor es contigo
los rituales serpentean a sol y a sombra perdida estoy……………perdida estás.

Maldita eres entre todas las mujeres
en la especie humana
el cuerpo no es un envoltorio
corpus negado
cuerpo usurpado
body bendecido
cuerpo fragmentamos
corpus santis amordazan

…………………..secuestrado violado body repraesentare
santo cuerpo arrodillas
clitórico en revoluciones

Dios no te saldó María

Bendito es el fruto de tu vientre
útero eterno por los días de los días de los días

por las regiones terráqueas, isleñas, marinas

mientras bocas gimen y tu vuelo se extingue/

En la noche

Santa María Madre de Dios Santa Victoria
Santa Libertad
Santa Bruja

Mater dei
Ora pro nobis peccatoribus

Por los históricus patriarcálibus

Que habitan entre nosotr@s

Ahora y en la hora de nuestra vida consciente

Las voces de las diosas han despertado.


ANOCHE SOÑÉ UN POEMA

Precipitado de rencores y cansancios
sumergí la noche
dejé las ilusiones bajo el agua
las culpas flotando a deriva
superficie incomprensible para la embriaguez

escapista a horizontales ilusiones

mejor en vertical

azul
hacia los abisales.

Anoche soñé un poema

sin palabras
insoluble,
intransferible

ilimitado imposible enfermo

Saladas imágenes
en el vaivén del oleaje
me devolvieron
a superficie
lo absurdo haciendo agua por todas partes

soñada por el poema
soñándome
y otra vez a oscuras.


 

PABLO CARVAJAL (1975)

EL ASEO

El camión de basura va lleno
De autitos oxidados
De trenes
Muñecas sin cabeza
Cascabeles de plástico con quemaduras de cigarros

Yoyós sin hilo

Cajas de cassettes
Pelotas rotas
Lápices reventados
Espejos de bicicletas trizados Un patín

Calcomanías despegadas Témperas secas
La mitad de un trompo
La cabeza de un caballo de palo

Un calzoncillo cagado

Un chupete
Una mamadera llena de hoyos que se nota fueron/

hechos con un lápiz pasta

Y otro patín
Sin ruedas
Un triciclo sin manubrio
Un skate dividido
Los primeros 6 centímetros de una regla
Un forro de cuaderno con un autoadhesivo Levi’s

Un carnet de hospital
Fotos de años en los que los padres del chofer del/

camión de basura aún no se conocían

Los restantes 14 centímetros de la regla

Un bombín
Un títere con un ojo
Un autito carbonizado pintado con témpera

Y otro patín.


POSTAL BUCÓLICA

Han decapitado a una niñita pelirroja

Su cabeza yace en el barro
Y al amanecer
Todo su pelo se llena de abejas.

Días después
Su cabeza se llena de larvas

Y al anochecer ya casi nacen

Las mariposas que viajarán

A la tela de la araña silvestre.

Años después
El violador acude al lugar
Y sonríe
Mientras la luna hiena

Parece una niñita decapitada


 

MARIO VERDUGO (1970)

DE LOS INDÉDITOS DE ROQUE ESTEBAN SCARPA:

2
montes miraba a la izquierda y a la derecha,/

y se sentía asustado.

montecino miraba en derredor y experimentaba un/

pánico infantil.

montealegre miraba hacia el futuro y gemía como un/

marsupial sureño.

cada uno entregaba así su aporte
al desarrollo de un cine pulcro y químicamente puro.

3
méndez confundió la ecología con una dosis de muérdago.

zambra confundió la computación con un golpe/

de corriente.

bustos confundió su propio mensaje en clave/

con la robótica.

bustos atribuía sus logros a la influencia de huidobro. zambra atribuía su fortuna a las enseñanzas de parra. méndez atribuía su destreza a los consejos de neruda. los habitantes de bretaña están manipulando a los psiquiatras de vasconia para que estos les asignen diagnósticos prestigiosos

por eso es que la televisión quiere hacer casi todos sus reportajes sobre salud mental y precocidad artística en bretaña se da el caso de algunos estudiantes paletos y soñadores que pretenden mudarse a bretaña para gozar de ese prestigio
puede que vasconia sea conocida como la ciudad de los psiquiatras y que a bretaña se le conozca como la ciudad de los pacientes


 

están comenzando a identificarse con el primer personaje que resulta aplastado en las películas de dinosaurios en bretaña se están sintiendo representados por los gestos del único actor que nunca llega a ser abducido ni poseído se están encontrando cada vez más afines con el primer recluta que muere despedazado por los bombazos del cine bélico
están comenzando a detectar semejanzas entre su propia singladura y la del único personaje que no ve al fantasma


 

a los vecinos de california está por despertarlos una boca mórbida que en el sueño se posa precipitadamente en sus cuellos
a los habitantes de holanda está por despertarlos un rostro moruno que en el sueño se dirige directamente a sus entrepiernas

a los residentes de suiza está por despertarlos una mirada glauca que en el sueño se detiene sorpresivamente en sus nalgas

a los arrendatarios de bretaña está por despertarlos una piel azabache que en el sueño se enfrenta decididamente a sus cámaras


en el corazón de holanda están reevaluando a los pacientes que creen vivir dentro de un libro o de una obra pictórica
están a favor de un cambio de perspectiva sobre las personas que juran vivir en ciudades mucho más dinámicas que Holanda

el centro de holanda está comenzando a transformarse en un buen sitio para quienes creen vivir al interior de un aparato de radio
holanda entera podría estar convirtiéndose en la guarida de los que creen vivir con un chip dentro de sus cráneos


están saliendo de sus brotes de sonambulismo justo en el momento en que atenazan el codo de un anónimo transeúnte
por eso es que sus declaraciones acerca del deseo y la locura se parecen demasiado a sacudones hipnagógicos

los habitantes de suiza están saliendo de sus ataques de narcolepsia justo cuando besan a un desconocido en las orejas
por eso es que sus concepciones acerca del amor y de la muerte se parecen demasiado al jet lag y a los terrores nocturnos


 

AMÉRICO REYES VERA (1960)

DECÁLOGO DEL POETA

Escribe poesía como si no tuvieses nombre, tal

si las palabras fuesen un sueño
o un derroche, como si hubieses sido tú
el primer partisano que gritara,

al lanzarla: ¡Viva la flecha fértil!

Escribe poesía de lo que nunca verás
ni podrás definir ni llevar a cabo
en contra de la luz o a favor de ella, como
si fueses el ciego que ostentó su blasón
en la ciudad marcada por el fin de la leyenda

y el principio del miedo.

Para el sordo verdadero
que aprendió a escuchar de abajo hacia arriba

escribe poesía
como si no fueras tú el Oidor flagrante, aquel

al que hicieron sosegarse a palos.

Escribe poesía cuando te hablen y hablen
y el silencio, no obstante, persista,
pero también cuando no haya ningún silencio/

que encubrir

porque las palabras se habrán salido de madre.

Y porque el roce de las manos engaña y envilece

envejeciendo indistinta, prematuramente
al tocador y su tocado
escribe poesía como si no tuvieras manos.

Escribe poesía como si no tuvieras lengua, maldice

cantando los planes del mentiroso y del cobarde,/

y de rondón

pregúntate quién eres, de qué instrumento

no menos maldecible que tu lengua te has valido

para maldecir cantando los planes del mentiroso y

del cobarde,
y di que las palabras no nacen de la lengua
sino de un sopor voraz a la par que justiciero.

Y cuando el deseo satisfecho reinicie, cual Fénix,

su incesante maquinaria de insatisfacción,

escribe poesía como si no tuvieras cuerpo
o tu cuerpo fuera el cuerpo del delito o

el reproche donde el amor retoza y perece.

Y cuando el universo cambie de lugar
escribe como bailas, cánsate sonriendo y avergüénzate

de ser aceptado en un mundo que detestas;
y que el iluso saque sus conclusiones.

Escribe poesía como si no conocieras
el olor de la mandrágora ni la saturación de la muerte

y enséñale a tu lector, convéncelo, oblígalo a consentir

que los mil y un sentidos de los que has sido dotado

no te han servido en ningún tiempo para nada.

Y donde quiera que te halles
escribe poesía como única defensa. No sea

que se desate una guerra
y descubran que eres el enemigo.


ISABEL GÓMEZ (1959)

IDIOMA TRISTE

Debo entristecer ahora,

ahora que las palabras
tocan las sienes de mi sangre

y se eleva el idioma

de mi última alegría.
Debo continuarme,
escondida de eternidad y de silencios;

continuarme,
cuando las pulsaciones del tiempo
no encuentren dirección en el olvido

y el sol destruya
las polvorientas lluvias de mi sombra.

Debo oscurecerme, renunciar,
salir de adentro
con un desfile de tardes anunciando

mi recorrido pausado por el tiempo.

Debo decir algunas cosas,
aquello que el recuerdo
mantenía intruso en la inconsciencia

y de pronto cruza huracanes
y golpea ventanas y estrangula días,

mientras nos íbamos alejando
en el invisible holocausto de la noche.


 

ESQUINA DEL DOLOR

Pon tu cabeza sobre el mundo

miremos hacia abajo
ahora que el miedo es hermoso

y de buena gana

dejaría de contar estrellas en el vacío
Los números calzan plenamente con la historia

solo las calles asumen nuestras sombras
como un mero recuerdo
Por años fuimos invirtiendo la risa
hasta desaparecer
La culpa envejeció las palabras que
Somos inocentes
de tanta nostalgia golpeándonos el rostro
La esquina del dolor nos sobrevive
el ojo de cierra
No hay llanto que no sepa regresar
Aquí todos nos quedamos inconclusos
El tiempo salta el muro
y es lenta la neblina de los cuerpos
La escritura atraviesa otra vez
el hueco de la noche
La esquina del dolor
La esquina del hombre me sostiene
Fragmenta la memoria
se echa al final de mi rostro
y se abandona
como un animal de espaldas al mundo.


 

 SILVIA RODRÍGUEZ (1964)

ÁRBOLES BAJO LA LLUVIA

Abandoné tribus, religiones amantes.

Robé en el bar de la esquina
sorbos de vino de una copa ajena
y entré en el rumor de la noche

que venía cayendo en suspiros de niebla.

Desde entonces el universo

gira demasiado lejos.
Desde entonces la vida me deja

un frío lento zurcido al cuello,

soledades que nunca

perderán su sabor a niebla,

a humo de cigarro,
a humedad poética.

Desde entonces tengo la costumbre

de ovillarme en los espejos,
de caminar sin mirar el suelo,
de contemplar como la vida

se va transformando en recuerdo.

Y ahora,
mientras retiro diciembre del calendario,

Pienso que
nunca busqué los árboles bajo la lluvia.


 

QUÉ PENA SILVIA. QUÉ PENA

A esta puta vida no hay como darle gusto.

Te quemas las pestañas escribiendo

Creas poemas, cuentos.

Postulas una novelita añeja

Que los jurados rechazan

y tú la vuelves a postular

año tras año.

No tienes técnica, ¡cavernícola!
No sabes que hoy todo es «técnica».

Que las obras emergentes.
Las vanguardistas o post vanguardistas:

Esas, las de moda,
se aprueban después del lobby
el codazo y la coima?

Deja esa postura de poeta
de gastarte la vida en cafés siúticos
y bares de mala muerte donde escribes

jurando que construyes una voz nueva

y todo, ¿para qué?
Dime por favor,
¿para qué?
Entiende,
Los poetas hoy también son empresa.

Así que deja de sacarle punta a la noche.
No te das cuenta que hoy todo es narrativa.

No sueñes que tu novela será un best seller

luego una película y de ahí a Hollywood

con DiCaprio, Bruce Willis y luego el Oscar

Despierta. Tu vivir en Chile país tercer mundo.

Tu vivir en provincia atrasada, costumbrista.
Tu todavía leer a Neruda y no entender a Mistral.

No es el pisco Mistral.

Es la Gabriela Mistral, enseñada y mal leída.

Entiende provinciana.
No perteneces a nada.
Si no estás en la capital no existes.
Si quiere sigue escribiendo,
pero te digo
el palo al gato, con cueva, se lo darás

después que te mueras.


 

FELIPE MONCADA MIJIC (1975)

TAMBOR DE FUEGO

Al Monje, en su partida

Vuelves a bajar
por el sendero hasta el Lircay,

nadas contra la corriente
y cierras los ojos
para borrar el tiempo.
Saludas al roble seco.
La retorcida parra de la vega
agita sus brotes al verte.
Un chercán
mueve su cabeza en un boldo.

Levantas nuevamente trumao

bajando al estero de Las Ánimas,

acaricias la piel de la trupa
erguida en la huella
y te vas;
te pierdes por días
en las pozas del Candado, comiendo truchas,
respirando la soledad de las piedras,

olfateando la ceniza.

Vuelves a subir la cuesta,

dirigiendo
con un bastón de coligüe

el canto de todas las aves;

saludas al almacenero,
al chofer del bus rural,
a las vecinas menudas
que siguen la pista de un gato.

Es necesario
prender la salamandra,
dejar al bosque
entrar en las habitaciones,
buscar entre la música
un barroco que sacuda su peluca;

buscar
entre los sacos del taller
una tierra volcánica
de Cauquenes,
de Corinto,
de Purapel
y echar a rodar la vieja chancadora,

mezclar el barro.

Pero te detienes,

te acuerdas
que ya no somos

de este mundo,

que dejaste enfriar

la cocina a leña,

y de tus manos
se desvanecen los cántaros

cuando acuñas
con semilla de quillay

una moneda de barro.
No te detengas.
Andrés reúne las astillas,

Anekke descorcha el vino,

Bernardo

hace recuerdos de la nieve,
tu gato
regresa a ronronear trayéndonos un conejo muerto.

Prendamos el horno
antes que todo se desvanezca;

resopla, viejo dragón chino

en medio de los avellanos,

lanza chispas,
aturde a los abejorros,
que en el tambor de fuego
ya se atisba el cristal.

Y que nadie diga una palabra,

somos, no somos,

¿y qué importa?

Estamos,
y ya no estamos.


ALEJANDRA MOYA DÍAZ (1991)

UNA CHICA MAULINA QUE PODRÍA SER LA PROTAGONISTA MÁS TRISTE DE UN CUENTO DE MARIANO LATORRE,

hoy mujer mayor,
de espalda corva y labios partidos,

la piel curtida en el ceño fruncido,

y su aflicción por terminar
lo que le queda por picar de chacra.

SABE QUE HA DESARROLLADO UN CÁNCER A LA PIEL,
rucia de campo, tostada por la sal de mar
y el sol quemante de los rulos de los valles

de la costa maulina,
le ha dado trabajo eso de la comezón,
y guarda en sus ungüentos,
secretos ancestrales para tratar diversos males.

SU HIJO, EL MÁS JOVEN DE LOS TRES

VARONES QUE PARIÓ EN SU VIDA,
se colgó en la higuera hace unos días,
árbol del cual aún pende la cuerda

que conserva la transmisión holográfica,
del último aliento de una vida arrancada de cuajo.

FOTOGRAFÍA DE UNA MADRE QUE

CON LA NOSTALGIA PUESTA EN

UNOS CHAMICOS SE PREGUNTA…
«Por qué las enfermedades de la cabeza

tienen que darle a gente sana y joven diosito santo,

que me tienes clavada aquí señor,
entre terrones y yuyos,
pedazos de mi alma, paire santo mío,

a mi niño devuélvemelo te pido»…

Y CLAVA EL AZADÓN EN LA HILERA,

como si la tierra le diera respuestas,

que el sol con su calor no puede,

ni sus lágrimas de sauce viejo,

hacen brotar menos.

NINGÚN SECRETO QUE CONOZCA

PUEDE DEVOLVERLE A SU CRÍO,
ningún terrón,
o gredal,

rearmar su corazón esparcido.
Y clava el azadón en la hilera,

murmurando entelequias y sollozos…


BERNARDO GONZÁLEZ KOPPMANN (1957)

RODENAK

Cuando la pelota cruza el cielo

y no es de nadie
la gente mira atenta
el fin del tiro

puede ir a las nubes
golpear el travesaño
besar la red
o clavarse en el corazón de Rodenak

El pueblo salta de alegría

si el Flaco se levanta
con el sol en las manos
Cuando la redonda anda cerca

sabemos que Arturito
será el ángel perfecto
que inventará la paz:
en su pecho
anida una paloma
Cuando saca
la de cuero se aleja
igual que un mal espíritu

entonces, el Arquero de Rangers

nos regala un domingo
para toda la vida.


FUNERAL EN CUREPTO

a Juan Rulfo

 

En este pueblo que surge de la niebla

cuando alguien muere se nota de tan lejos

porque si doblan las húmedas campanas
se duelen hasta las zanjas de los cerros
la hora nos sorprende en los estribos
todos vieron al finado a mediodía

endilgando hacia el puente o escarbando
en el huerto. En este pueblo perdido
entre los montes, apena ver morir a un tero

algo se lleva de nosotros, unos terrones

donde echamos semillas recogidas del viento

esa tarde tan larga que después de la lluvia

se hundió con su leyenda en el brasero
Yo le tengo guardada una bufanda y un

secreto. Pasan los pinos callados por el cielo

(No sé; me sobrecoge ver la muchedumbre

camino a la colina tras la urna, sin nada
que decir, tan resignados, creyendo que
así tenía que ser. Estaba viejo). A veces
en Curepto morir es, un poco, querernos

Luego, y antes que la fosa se amapole
y se esfumen los pasos sin los huesos
antes que los niños se disfracen de oruga
y mujeres de oscuro desmalecen el tiempo

antes, mucho antes que los muros aúllen
y la luna se duerma en los esteros secos
salen los muertos a la calle y brindan
por la lenta romería de los deudos


 

JONNATHAN OPAZO (1990)

EL BLANCO ES EL COLOR MÁS TERRIBLE

Fíjense en el oso polar blanco
y en el tiburón blanco de los trópicos,
¿qué es sino su uniforme blancura
llena de escamas la que los convierte
en seres horrorosos?
irradian luz los
delantales de las
enfermeras: sus
blancos guantes de
goma, el cándido
marfil de sus dientes
Esa lívida blancura la que importa
esa repugnante suavidad más odiosa que terrible

a la muda repelencia de su aspecto.
Así que ni el tigre de fieros colmillos
con su heráldico pelaje
puede hacer temblar tanto el coraje
como el oso o el tiburón amortajados de blanco.

pálidos se tornan los
cuerpos cansados, asustados
o aquellos cuya vida se
ha desvanecido hasta
dejarlos como trágicas
figuras de cera:
no puede dudarse que
una cualidad visible
del aspecto de los muertos

que más aterroriza al

espectador es la palidez

marmórea que allí
se detiene

en blanco fondo se

recortan las agujas

del reloj que en su

girar van quitándole

gajos a los frutos

verdes de la vida

y blanco también

el yeso de Cristo

blancas las paredes

de los hospitales.


 

DETRÁS DE LA NIEBLA

un faro que se apaga
un estruendo hermoso
de barcos que chocan:
los accidentes son bellos
en el marco del poema

imagínalo: un montón

de trasatlánticos cruceros
de lujo con todo su oropel

adornando el fondo marino

cubriéndose de algas

plancton y cantos de

ballenas


 

JOSÉ TOMÁS LABARTHE (1984)

ASUNTOS DE PAREJA

Conversar con tu pareja
Comunicarse, honestamente
No hablar del pronóstico del tiempo
ni de las cosas que hacen falta en la despensa
No compartir los problemas del trabajo
ni repasar en detalle lo que pasó durante el día

Obviar las continuas faltas de disciplina de los hijos

o el incordio con el gásfiter porque se filtra una/

cañería

El catálogo suma y continúa:
la incesante alza de los gastos comunes
la actitud pendeja del vecino
el remedio para la jaqueca
el jarabe para la tos
Preferible es leer los cuentos completos de/

John Cheever

o concentrarse en las notificaciones del WhatsApp


 

LA CASA

La casa se derrumbaba. No la viga maestra ni la viga de amarre. No las columnas o los dinteles. La casa. El padre dinamitó cada peldaño de la escalera. Luego hizo estallar los listones, puntales y durmientes. Empacó sus corbatas y se marchó. La puerta de entrada quedó colgando de una bisagra. Al borde del colapso, la madre reventó su pequeña colección de platos minerales contra las ventanas y desterró de los maceteros de la cocina las plantas de interior. Las hijas entraron en pánico frente al desplome. Por un año acamparon sobre sus camas en sacos de dormir. En ese lapso murió la gata de leucemia y el perro de distemper mientras la ropa en los cajones de los muebles se llenaba de aserrín. En las frazadas anidaron las pulgas y en las peinetas las liendres. Una peste. Nunca más los vecinos escucharon risas ni discusiones provenientes desde las habitaciones o el comedor. Por completo se disipó cualquier sonido de sobremesa en la ruinalidad de las paredes. La casa se derrumbaba. No la familia ni el matrimonio. No las libretas o los papeles. La casa.


 

HUGO CÉSAR VILLAR URRUTIA (1981)

EL BOXEADOR

se despierta 1, 2, 3
la mañana huele a vino tinto,
al toque de gong los gallos cantan,

con olor a humo y acidez.
Jhonny Boy
ataca en su caballo negro
bang bang
dispara sus puños de plata
bang bang
rebota el gong
en la garganta del gallo
«¡Jesús era un marica!»
decía el boxeador
1, 2, 3
knock out
un derechazo en la quijada
el bebop salta
se estremece
el ring está lleno de sangre
el humo se estremece
los cánticos de las mujeres

haciendo estremecer
el tic tac de las horas

«¡Klaus Kinski era un hombre bueno!»,

decía el boxeador
y se estremecía
con el gong

y el ring
y el tic tac
Klaus Kinski era un hombre bueno

y Cristo era un marica,
gritaba el boxeador
al toque de gong.


 

LOS ESPÍRITUS

Un anciano sostiene el cadáver de su esposa, mientras, miles de escenas de distancia los personajes no se reconocen. Un hermoso plano secuencia es mutilado por el editor, una película de terror envejece con mal de Alzheimer. Soy un set olvidado en la selva, piensa el extra y se emborracha con tinto, soy la planta de utilería que nunca ocuparon. El vestuario de la película permanece en silencio esperando que el tiempo no lo corrompa. El anciano arregla una cancha de tierra en la que nadie jugará, el sonidista llora en silencio para no arruinar el plano. Soy el diálogo que no se escuchará. Un grito de acción se pierde entre

los matorrales de un bosque sagrado.


 

MARIO MELÉNDEZ (1971)

LA PLAYA DE LOS POBRES

Los pobres veranean en un mar

que solo ellos conocen
Allí instalan sus carpas
hechas de mimbre y celofán

y luego bajan a la orilla
para ver la llegada de los botes
curtidos de adioses
En la playa
la miseria se broncea boca abajo
el hambre toma sol en una roca
los niños hacen mediaguas en la arena
y las muchachas se pasean
con sus bikinis pasados de moda
Ellas tienden sus toallas de papel
y se recuestan a mirar el reventar de las olas

que les recuerda la forma de un pan
o una cebolla
Mar adentro nadan los sueños
Y ellas ven al vendedor de helados

acariciando sus pechos
o a ellas mismas en un viaje hacia la espuma

del que regresan con vestidos nuevos
y una sonrisa en el alma

Los pobres veranean en un mar
que solo ellos conocen
Y cuando cae la tarde
y el horizonte se desviste frente a ellos

y las gaviotas se desclavan del aire

para volver a casa

y el crepúsculo es una olla común

llena de peces y colores
ellos encienden sus fogatas en la arena

y comienzan a cantar y a reír

y a respirar la breve historia de sus nombres

y beben vino y cerveza
y se emborrachan
abrazados a sus mejores recuerdos

Mar adentro nadan los sueños
Y ellos ven a sus hijos camino de la escuela

cargando libros y zapatos y juguetes
o a ellos mismos regresando del trabajo

con los bolsillos hinchados
y con un beso pintado en el alma
Y mientras ellos sueñan
el hambre apaga sus fogatas
y se echa a correr desnuda por la playa
con los huesos llenos de lágrimas


 

CARMEN MANTILLA (1978)

TE HICE CASO EN TODO, MADRE MÍA

No hablé nunca con extraños
ni golpeé puertas de hombres solos,

no sonreí más allá de la justa medida

de mis cuatro dientes superiores.

Me abrigué de mayo a julio,

agosto lo miré por la ventana,

en septiembre estrené falda,

pinté la casa

y la bandera flameó planchada.

Me comí toda la comida del plato
en memoria de las que no la tienen
(también de sus madres que por ello sufren).

Llevo veinte años con una dieta variada,

consumo mariscos y nueces en días alternados,

espero religiosamente dos horas antes de nadar

(aunque haya tragado solo polvo y saliva).
Y con la boca caliente
no le abro la puerta ni a Dios Padre.

La ropa la guardé en baúles
con bolsas pequeñas de poleo,
sé curar mis males con hierbas
(salvo uno en rebeldía: el corazón arreado).

Pero una sensación de casa sola,
de fracaso almidonado,
me fue clavando alfileres por las tardes…

Salí hace dos décadas de tu casa:
es el momento de dejar de hacerte caso en todo,/

madre mía.


 

ESPECTADORES

Abrir las piernas
como se abre un tarro de café

/instantáneo,
azucarar el sexo,
revolviéndolo lentamente,
escudriñar las ventanas del edificio

del otro lado de la calle,
imaginando que este cuerpo desnudo

desata la codicia de un vendedor de

/tumbas
que también desayuna mirando hacia

/afuera.
O mejor aún:

Mirar hacia adentro.
Poner entre las rodillas la cabeza,

torcer el cuello,
alargar la lengua como un reptil

y caminar en reversa
hacia el corazón que, pálido,

contabiliza las batallas perdidas.


 

ANDRÉS RODRÍGUEZ ARANÍS (1967)

FÚTBOL

El Jugador de fútbol

tiene diez años. Está

solo en la cancha

del barrio. Es decir

lo acompaña su

mundo, la pelota.

Corrijamos entonces.

No está solo, miles

de personas lo

acompañan en ese

sol redondo que

baila a sus pies.

Tiene muy claro que

no será un
borracho como su

padre ni una

triste como su madre.

No irá a la universidad

aunque sume
algunas buenas notas en

la escuela; se ganará

la vida en la cancha,

la vida que es bien

entretenida a veces.
Tiene amigos. Uno
ya hizo su primer robo, un

juego para playstation de

la fifa. Por eso hay

días que se juntan a
ver en la pantalla quién es

el más grande
entre los grandes.
Hay tiempo para todo,

incluso es bien fácil
salir por las calles a
pasear con perros y gatos,

tomar un poquito de

coca cola donde la
vecina buena onda y

pegar con neoprén esa

taza que se anduvo

quebrando la otra noche.

Mira el cielo que
también cuenta diez años.

Hincha los pulmones,

siente que las zapatillas
no importa que
duren lo que duren,
todas las horas del universo

premian a los buenos y

castigan a los malos. Y

él no es malo; es

el mejor

entonces no

interesa golpearse en

el barro del invierno o
en el polvo salado de febrero.

Detrás del silencio
la turba lo lleva en andas.
Él suspira.
Y es junio el día entero y

una gotita cae desa nube.


 

RODOLFO HLOUSEK (1977)

¡OH SOL, MI ADOLESCENTE DESENFRENO!

Francisco
Si escribo es para abrazarte.
Ahora
Tu bien conoces los extremos
¡que acabe el mundo
es necesario! como el alcohol,
la droga y el chirrío de los ángeles
un vodka a las 5:20, ¿siempre me agradecerás

que te haya acompañado desde Brasil hasta/

Argentina

en plena Libertad?
Pancho
Fuiste una estrella fugaz
A quien nadie pidió un deseo.

Ahora

Entre su multitud y su merecido exorcismo

Si no agarramos la guadaña
La guadaña dará contra nosotros,
Empero,

Nos empeñamos
Con seguridad y por certezas
A este enfermo modo
de seguir viviendo contra nuestra voluntad

¡Idiotas!
Los días y su sagrado excremento.

Pancho
Si escribo es para nombrarte
Que acabe el mundo, es necesario
Como un cigarro en la carreta
Como el Elogio a la Locura y el álbum Blanco

Como la vagabunda sed de cada día, amén.

Solo tú sabes lo que costó vivir
En este arrogante y aburrido
Pueblo de mierda.
Ahora
Esta ciudad crece a tu espalda.

¡Amigo,
Tengo ganas de callejear
Pero verdaderamente
todas las llamadas son de encierro!

Pancho, ¿qué se hizo de ti,
Ofrenda, macheteo, playa, líos, fuego, Destierro?
¡Oh adolescente desenfreno!

Y se suponía
Que venceríamos desde la pobreza Rítmica y ritual»


 

ROWSON YEBER (NO INFORMA)

PAISAJE CON BESO (FRAGMENTO)

Actualmente
Coinciden las horas viejas
El comercio empujando su balance la
Terapia chica pariendo fajos a montones

Actualmente
Hay estiércol a descifrar
Y las alcantarillas entonces abren su boca
De tubería desnuda
De estómago si se cumple con error el hambre

Porque
Yo no distingo a mujeres y hombres solos

Sino al colectivo sobre todo en Bancos y

en las Tiendas que venden sicología para/

andar felices

circunvalación distingo rocas sollozando/

formalmente.


 

POEMA BREVIARIO (FRAGMENTO)

Anda la familia humana
Complacida en risas menores.
Los días están imposibles
Quiero darle un papel alegre a esa
Federación respirante
¡Ni puedo!
Los días duran meses de años
Desde hace tiempo algunas
Parecen haber perdido su costumbre
Hay aviones complicados de salud hacia
Los horizontes sin algarabía
Atraviesan el litoral del mundo a regañadientes

Casi no queda aire disponible
Estuve creyendo así mezclado contemporáneo

Inmóvil
Junto al océano cuya rutina es tirarse olas…


 

YENY DÍAZ WENTÉN (1983)

I LESOS RESTOS

Qué bestia ha roto la constelación justa de/
las montañas

y tiró tu carne a las ciudades
qué bestia atacó la atadura de los pájaros, animas,/

y ríos y tierra

quien cortó la estela de tu órgano más delgado

y voló tus cristalinos de un golpe sangroso

Qué gitano por el mundo te arrojó
y te escupió tan lejos como pudo

desterrando tu corazón de plumas
siendo la flor del aire el castigo de la pureza

cerros paridos por niños

y andar haciendo pactos con los cóndores

nos trajo purita sangre

Qué bestia devoró el pacto de las lenguas intactas

y quebró el agua de los esqueletos solos…
hueso quebrado de la montaña, pájaro sin vuelo

qué rumor de púas estranguló tu paso caluroso

y marcó tus ojos tan morenos de vergüenza?
qué Cristo qué virgen te arrancó el espíritu
de las aguas y piedras y pumas de la sangre hirviente?

¿Qué Cristo qué virgen te arrancó el espíritu?


 

LA CHAYCANA

Hay una espesura en la distancia de la distancia/

del cielo

y mi reina en su hoja más pálida esqueleto
baja sus ojos largos a mí su habitante resignado

y mi reina chaycán señora monte
trae sus aires dentro de mis vísceras
y la distancia de la distancia se abren al cielo

mis párpados para recibirla ligero

¡Ay! hoja mi chaycana vuela
hoja mi chaycán
abrazo el cielo para ella y la amamanto
de oro como manda mi señora
y la enjuago de piedras colorientas
y de vientos que no se ven por estos desiertos

mi espesura y mi reina
con su vuelo amargo su vuelo

hoja mi chaycana sube

hoja mi chaycana va

hoja mi chaycana monte

hoja mi chaycana vuelva.


 

RAFAEL RUBIO (1975)

EL ARTE DE LA ELEGÍA (Fragmento)

Todo consiste en llegar al justo término

y después, dar a luz la voz: dejar
que se complete la muerte. Nadie va

a lamentar una metáfora imprecisa
ni un epíteto infeliz, cuando la muerte

está viva en el poema.

Todo estriba

en simular que nos duele la muerte.

Solo eso: hacer creer que nos aterra

morir o ver la muerte. Imprescindible

elegir una víctima que haga
las veces de un destinatario: el padre

o el abuelo o el que fuere, con tal

que su muerte haya sido lo bastante

ejemplarizadora como para

justificar una ira sin nombre. Impostarás

la voz hasta que se confunda con
el ciego bramido de una bestia. Así

infundirás piedad en tu lector.

Recomendable el terceto pareado si se quiere

seguir la tradición del abandono, leerás

la elegía de Hernández a Ramón Sijé
o la que en don Francisco de Quevedo, maestro

en el arte de la infamia versificada

inmortalizara a fulano de tal.
Debe ser

virtuoso el uso del encabalgamiento:

echar mano a aliteraciones de grueso calibre

para reproducir la onomatopeya del desamparo

que la elegía debe —aunque no pueda— sugerir.

El uso de la rima debe ser implacable:
el primero con el tercero, consonante
con perfecta —aunque engañosa— simetría.

(El segundo con el primero del terceto

siguiente, encadenados, como están

ayuntados los bueyes de la angustia

en los vastos potreros del poema)

Importa sobre todo, la verosimilitud de

tu desgarro y no el desgarro mismo:
el dolor puede ser de utilidad

siempre y cuando no atente contra la

rigurosidad del edificio
el templo del poema debe estar

sostenido por los números. Solo eso

será garantía de profundidad
si se quiere atraer la compasión

de un lector habituado al verso libre.

No importa la belleza. La verdad

será requisito indispensable

a la hora de urdir una elegía

que merezca el prestigio de la muerte
o la inclusión gozosa y dolorosa
en el canon de la nueva poesía española.

Deberás entender a fin de cuentas
que el poema no es más que un ejercicio:

no va a hacer que se levanten los muertos

ni hará que tu padre retorne
del oscuro país de los dormidos

porque ya no habrá país del que volver

ni esperanza tampoco, ni poema.


 

CARLA ESCOBAR (1985)

LA MUJER DE LAS TETAS TRISTES

Un día de estos voy a quitarme el sostén
y saldré caminando con los pezones a vista de/

cualquier peatón,

me verán pasar y seré recordada como la mujer/

de las tetas tristes.

Un día de estos voy a dejar de hacerme la difícil

y saldré caminando con mis ganas a vista de/

cualquier peatón

me verán pasar y seré recordada como la mujer/

mil veces preñada,

daré a luz crías malditas

beberán de mi furia
y seré madre soltera
de versos huachos

con un hogar disfuncional.
No pondré normas
en casa no habrá límites,
la comunicación comunicará lo incomunicable

será un hogar vulnerable

viviremos en zonas periféricas

postularemos a subsidios
mas nunca llegará ayuda del gobierno

sobreviviremos
hijos míos
sobreviviremos.


 

ALTO BÍO-BÍO

Le inundaron el alma a los cementerios/
de la alta montaña

se retuercen flotando en aguas de manos extranjeras

las burbujas reflejan la mirada oscura de un/

pueblo intervenido.

De las araucarias «solo el recuerdo».

El trompe. Eterniza. El gemido. De un cielo./

Azulado. Donde un kultrún.

Reclama. Ser.
La. Copia. Infeliz. Del. Edén. El trompe. Eterniza…

 

Captura de Pantalla 2022-10-19 a la(s) 09.27.42

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