Poemas — 24 diciembre, 2014 at 1:09 pm

POEMAS I

by

Por Cristóbal Ramírez Jarpa

 

Estaciona en el atrio.. ¿sabes dónde queda el atrio?

para entonces aterriza
tu mini helicóptero

trayendo una serie fotográfica

donde sales montando a pelo
en la parte superior del encuadre

aparece tu potro

sacando a relucir los músculos

con tal de llevarte al apa
y cruzar la pradera
hasta la morada que flota
sobre paños costumbristas

entre redobles y zarzas

se ubica -ojo- la que se delinea

después de diatribas
atestiguan estas placas

o relieves de dicción

una página del libreto

en la guantera del vehículo

donde tú -me soplan-

cuentas con manuales de posturas

para que resalte el conductor
de este auto

convertible en el que te desvistes

a metros del barranco

es tu gancho maniobrando

e invita a cursar otra pista
para volver al vehículo

del que te sacarán

en caligrama

suerte de juego

que reglamentariamente consiste

en atarse de manos al volante

y acelerar a pulso

hasta ahogar el sonido de sirenas

remontadas al principio

de la persecución

 

 

 

todo resultado es confín aleatorio

 

atravesamos un campo minado

el sendero

un boleto

la entrada

para ubicarse

sobre un velador

asistiendo al rayo

que leva motas más polvo

revocando tus suspiros

reafirmando el valor de otro día

a levantarse

si la distracción

se da dos

hasta tres bruces en el mismo peldaño

tropezar con el espíritu

escaleta de planos

en la eventualidad de las cosas

podríamos hacer cualquier otra suma

como no pagar arriendo

sujeto a intercambios en Anita

que experimentes camino al circo

(hoy es tu cumpleaños)

eres la que sopla de lejos

esta transmisión

cojas o no

del pastel

un trozo de hojalata

 

 

 

los objetos están más cerca de lo que parecen

 

Anita presenció pasar extraños sucesos

por el espejo de su neceser

(OBJECTS IN MIRROR ARE CLOSER THAN THEY APPEAR)

y alguien a su lado

quien nada desto creyó posible

tal vez yo en la cama o de copiloto

pensando al coche bomba incursionar por la sabana

rumbo a un espejismo como visto por sus ojos

si es que llegase atravesar el espejismo

un lúcido matón en el portaequipajes

y en tu velocímetro con los ojos fijos al volante

si se sobrepasa

y el retrovisor no desmiente los pliegues

que ciertamente eran parte integral

de un fluido sujeto a mitad de camino

parando el dedo en señal de autostop

por fin despiertas

no fue más que una fracción

no siempre es tarde

frase tallada en ilegítima veta de oro

un fragmento titilando por el cielo o su cuello

rayando cursilerías para el bronce en la oscuridad

quizá el recorte del presupuesto fomentó mermar varias líneas

algo como la particularidad subatómica

de un fraseo espontáneo cosido a la boca

esquirlas, hijo e hija del estallido

las ex-miembros de una misma granada

y corazón al oído tocando arrebato

la posibilidad de dictar otra aventura

entretelón del cuarto

que se transparenta cual teatro rodante

mientras uno ciego a creer en la sala

donde deambula casi todo personaje del mundo

nace una estrella fuera de foco

y feroz el transeúnte enajenado de taquilla

por descuido suelta el coche (no sé si abordo

la guagua sonreía o lloraba

dando inicio a la persecución)

aquella madrugada

cuando los objetos están más cerca de lo que parece

Anita daba crédito que el final se precipita

 

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