Destacados, Poemas, Portada — 16 octubre, 2022 at 7:12 pm

EL DESIERTO

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LA POESÍA DEL NORTE DE CHILE: UN MAPA POR RECONSTRUIR

antologador: Daniel Rojas Pachas / fotografías: Sebastián Rojas Rojo

La presente curaduría como toda selección es arbitraria y subjetiva, en lo absoluto pretende reducir a un grupo toda la poesía del norte y su riqueza, más bien el objetivo de esta muestra es tender puentes y abrir perspectivas de lectura que permitan un diálogo y revisión de los múltiples registros, generaciones y propuestas de voces que han ido edificando la vasta y compleja realidad poética de la zona que va desde Arica y Parinacota hasta Vicuña y el Limarí.

Antes de entrar a los criterios de selección, creo que es importante nombrar a otros destacados actores y grupos que el lector debiera conocer, en esa medida considero que se puede entender este libro de doce autores como un umbral.

La invitación al lector, luego de leer esta selección, es continuar con la revisión de otras importantes voces contemporáneas ligadas al norte, que siguen produciendo. Me refiero a: Luis Araya Novoa, Patricia Mardones, Rolando Martínez, Tito Manfred, Mauro Gatica, Rodrigo Rojas Terán, Daniel Olcay Jeneral, Óscar Arancibia, Jaime Ceballos, Juan José Podestá, Roberto Bustamante, Hernán Rivera Letelier, Cristian Geisse, Marietta Morales, Guillermo Ross Murray, Marcela Reyes Harris, Benjamín León, Miguel Morales (El Tipógrafo Huraño), Aida Santelices Kostópulos, Walter Hoefler, Javier del Cerro, Arturo Volantines, Tomás Harris, Teresa Calderón, entre muchos otros.

La presente selección de doce autores tuvo varios ejes. A propósito de ejes, me permito en este punto una digresión para aludir a la figura e ideas del poeta Rodolfo Khan, sobre la verticalidad y horizontalidad del paisaje geométrico de la poesía, expuestas en el libro manifiesto de su grupo Vertizonte.

En una primera instancia quise lograr, con esta selección, un equilibro entre voces de una reconocida trayectoria y presencia en la escena cultural de Chile frente a otras importantes propuestas, que si bien tienen un recorrido valioso, dado el centralismo y ciertas miradas reduccionistas que pesan sobre las creaciones literarias que emergen desde la provincia, han ido quedando relegadas y excluidas del canon.

También consideré importante integrar voces nuevas que presentan propuestas enriquecedoras y que permiten entender que la poesía contemporánea del norte puede leerse desde María Monvel y Romeo Murga, dos jóvenes voces que se apagaron muy pronto, hasta nuestros días.

Otro eje esencial ha sido el territorial. Se tiende a homologar el norte o reducirlo a dos ámbitos, el norte pampino y minero y el norte de los valles cercanos al centro, cuando en realidad existen variadas dimensiones que han permeado las representaciones poéticas de sus actores. Habría que sumar también lecturas y estéticas marginales o consideradas parte de una literatura menor, que han ampliado los registros más allá de lo folclórico y telúrico, por eso me parece esencial que al leer a los autores de la muestra, se ponga atención a la variedad con la que se abordan sus relaciones con el espacio vital.

Captura de Pantalla 2022-10-16 a la(s) 16.05.47Considerando este apartado, opté no solo por autores que nacieron, crecieron o formaron una obra en las grandes ciudades del norte, entiéndase por esto Arica, Iquique, Antofagasta, Copiapó y La Serena, atendiendo así a otros espacios como el altiplano hermanado a la frontera, Alto Hospicio, Taltal y Montepatria.

En última instancia, otro factor decidor es el registro lingüístico y también dialectal de cada uno de estos creadores, marcado no solo por su zona de origen y el tiempo desde el cual escriben y fueron dando forma a sus voces. Considero que este punto es de suma importancia y en gran medida excede mi trabajo como crítico y editor, ya que demanda una labor conjunta de etnolingüistas, filólogos y como tarea debe involucrar al mundo editorial y la academia. Me refiero a la atención que merece la tradición oral, la poesía aymara, diaguita y los nexos con nuestros países vecinos y toda la escritura andina que nos antecede.

Hoy más que nunca resulta inoficioso pensar en bloques generacionales y límites para la comunicación. Pensaba mientras recorría las calles de León, en México, y encontraba ciertos paralelos con la ciudad de Arica, en la cual crecí, que un poeta de Pisagua puede hoy entrar en diálogo y publicación con la escena de Oaxaca en cuestión de segundos. Sin embargo, esto no siempre fue así y hay momentos a considerar, hitos si queremos llamarlos de algún modo. Me refiero a las querellas entre Parra y Gonzalo Rojas, publicadas en las páginas de Tebaida, o la poesía de Lihn presente en sus tramos migratorios por las ciudades del sur del Perú, frontera con Arica.

El paso de Bolaño por el norte y su relación con los movimientos de vanguardia del Perú, Hora Zero, lo encontramos en su poema «Los neochilenos», y si hablamos de posvanguardias, la traducción y diálogo del grupo de Alicia Galaz con la escena beatnik de Nueva York. Hay mucho trabajo por delante si queremos reconstruir las derivas de la poesía en esta larga y extraña franja que es Chile.

Captura de Pantalla 2022-10-16 a la(s) 16.07.27Agradezco la confianza e invitación de los editores para realizar esta muestra. Espero haber cumplido con la tarea de dar cuenta de una suma de voces que a mi juicio abren el diálogo y permiten problematizar otra vez y cuantas veces sea necesario, las limitaciones de reconstruir un mapa y representación.

La poesía del norte está marcada por tensiones fundacionales y de ruptura, es una zona híbrida signada por las migraciones y la profunda contemplación. De forma metafórica podemos representar esta condición en el incesante movimiento y tráfico de las fronteras y la aparente inmovilidad de un desierto inabarcable. Hay que considerar que las distancias entre las ciudades del norte son en muchos casos insalvables, lo cual hace urgente la necesidad de trazar redes que permitan establecer una bitácora que contribuya a completar la ruta de la poesía nacional, considerando momentos ineludibles y edificaciones que acompañan el camino construido por la obra mistraliana, el ideario de Sabella sobre el Norte Grande y el surgimiento del proyecto editorial y revista de Alicia Galaz, Oliver Welden y Guillermo Deisler, una Tebas poética en el desierto.


MARKOS QUISBERT (1980)

ELLOS NOS DICTAN CÓMO VESTIR EN ESTE SECTOR

Ellos nos dictan el cómo vestir en este sector
el detalle de las prendas hechas de papel volantín que estrenan cada semana con la mayor expectativa de modelar en veredas con alfombra roja.

Esos vientres hinchados se mueven
al compás de un narco-corrido.
Nos hace llorar bro
como la imagen que una vez se tatuó en nuestro/

corazón.

Allí van con cientos de joyas que les cuelgan desde/ el cuello a los pies.

Cadenas de oro en medio de la ropa
o sus cabellos que se confunden con la barba ¡Son/

un amor!

Los vemos andar como en el mejor de los mundos pues saben que son los divos que alguna vez/

quisimos ser

y no nos atrevimos.


 

ESO QUE ALGUNA VEZ FUE PARA TODOS

Eso que alguna vez fue para todos
hoy es solo una mezquina imagen
que atesora un viejo desdentado
dispuesto a hacer el ridículo
gimiendo como mujer, sudoroso
hecho polvo a causa de sus adicciones. Otros volvían a sintonizar aquella sensación en la más larga noche humedecida de anís:

hombres que bailan y comen almejas
sobre un tambor en la esquina de un pasaje.


JUAN CARLOS MAMANI (1961)

AUSENCIAS TELÚRICAS

Sobre la tierra grande,
sobre la tierra del iru wichu cae la noche eléctrica,/

occidental, ahíta de constelaciones humanas, indiferentes,

de extraños pueblos acurrucados bajo su manto y de olvidos mercenarios en sus calles aguardando atrapar las manos
del artesano pertinaz,

del criador aferrado a la arcilla aymara.

Allí desaparecieron los pastores del tiempo vegetal, los escultores del frío.
Y sobre los últimos patios altiplánicos,
ronda una espesa camanchaca de los abandonos abriendo la quebrada infatigable, abisal de lejanuras.

Allí crecen los desencuentros
como furiosa ortiga entre los rumbos. Solo el viento grande,
el de la invicta estirpe andina,
ronda como un antiguo guardián aymara, testaferro de la Pachamama.


 

NÄNAKAXA WAYRAPXTWA, NÄNAKAXA JALLUPXTWA

NÄNAKAXA WAYRAPXTWA, NÄNAKAZA JALLUPXTWA

Nosotros, somos viento, somos lluvia
somos de esa genealogía del río quebradeño,
parte de la sonrisa madrugadora del lucero aymara

En esta tierra adentro
somos oración de la orquídea sobre la greda bendita.

Jupanakaxa janiwa taqi yatipkiti Janiwa, janiwa.
Ellos no lo saben todo
Aunque vengan arrogantes, monolíticos

con su vociferación de rock pesado sobre las vertientes del maíz,

Aunque se posesionen sobre el murmullo tiahuanacota

con las letanías de su crucificado
y su discurso cartesiano sobre la Pachamama.

Jupanakaxa janiwa taqi yatipkiti

Janiwa, janiwa.
Nänakaxa wayrapxtwa, nänakaxa jallupxtwa

Ellos no lo saben todo.
No lo saben, no lo saben.
Somos viento, somos lluvia
promesa del jolgorio en la anata
comunión con las estrellas en el apthapi

rompiendo el abismo de las lejanuras

Nänakaxa wayrapxtwa, nänakaxa jallupxwa.


 

JUAN MALEBRÁN (1979)

TIN IGGI

Tenemos un patio, y agua, y una elegía que cuelga en

la pared de la habitación, en una tela que embriaga a

los extraños.

M. Bennis

Pasar la tarde frente a los surfistas
sumidos en sus intentos por mantener el equilibrio.

Jóvenes en el arte de la insistencia
ante lo que a toda costa
pretende ser algo más que simple artificio.

Una ola al levantar su espinazo
la voz de aquel que anuncia
la arremetida de un tumbo inesperado

la elevación de los pájaros
con sus huesos llenos de aire a través de un oleaje ocre como la borra en la taza del té

o como la oferta del mercader y la joroba de su camello sediento

por el vértigo en la orilla del continente.

Pasar la tarde tras el humo y el caramelo del hachís

sobre la arena, entre las tablas y las parejas bajo el sol

jóvenes en el arte de conservar
intacta la resina en el surco de los labios.


RIMAC

Del otro lado de la avenida es posible pensar la noche como una guantera
en la que un revolver asoma al girar la esquina

frente a la terraza de una okupa
con dos cholos a la luz de una ampolleta cerniendo cal sobre la pureza de la falopa.

Plegar y desplegar como siempre
en un mismo idioma, pero distintas manos el origami del que nos valemos
para tomar el pulso de las ciudades.

Porque siempre ha sido a puro pulso
pero en este caso quedamos cortos
ante el acople del subwoofer que aquí dentro

 

ensordece junto al ruido frenético del esnife. Un mal cálculo
un esquizo conteniendo la risa
un gringo esquizo retrocediendo el polvo

al calor del bicarbonato —dirías tú—.

Pero estás lejos igual que La Victoria allá al fondo con sus juegos de manos y sus antenazos
como el hilo negro que ataste a la mochila
para protegernos y ahuyentar la desventura

pero nada más iniciando el trayecto se cortó
como lo hace toda buena intención en nuestras manos.

Difícil hilvanar lo que sea
entre tanto alboroto
festejo y orín
peldaño a peldaño en las pasarelas. Porque esta ciudad no es solo el desgaste del caucho en los carriles y

ellos allá afuera cargan sus propios calibres. Sin embargo, prefieren el viento silbando en el cuero de sus chaquetas y
no envejecer como nosotros

al recordar apenas lo que provocaba esta rabia.

El Rimac entero —alguien dice— entraría por el gollete de esta botella y este gollete en el hueco negro
que llevas entre pulmón y pulmón. Pero todos aquí sabemos

que es del otro lado de la ventana
donde las cosas adquieren real importancia y volvemos a girar otra esquina
otro semáforo

el estallido del vidrio por el golpe de una culata.


 

LUIS KONG SANTIBÁÑEZ (1979)

BRONCOPULMONAR DE ANTOFAGASTA

La geografía del desgarro con pintitas de sangre, la tos de los sin Dios, los silicosos, las ojerosas/

desgarradas, los moribundos de los pies sucios.

Ahí comencé a escribir poesía en posición fetal.


 

FINGIR ES CONOCERSE

La frase pudo haber sido atribuida indistintamente a Alberto Caeiro, Álvaro de Campos, Bernardo Soares o Ricardo Reis. Pero tengo casi la certeza de que la frase fue reescrita involuntariamente por el maldito Pessoa, en un arranque intempestivo de incredulidad gozosa.

Un triste y apócrifo Pessoa que solo pudo vivir el desasosiego contra sí mismo, como una manera sórdida de sobrevivir dignamente en la soledad exasperante de esa pulcra habitación de Lisboa.

Con todo, y a pesar de mi desatino hipócrita en reconocerlo, la máscara genuina es mi impúdica sinceridad literaria. Que nadie diga que me conoce porque me ha leído alguna vez. Lo que se ve (en el fondo), lo que alcanza a percibirse entre líneas, es mi pastiche original, es mi fingida y lúcida manera de ser que no proyecta sombra alguna en espejos, para no ser descubierto. Detrás de este simulacro, sin embargo, no hay arrepentimiento alguno. No hay biografía póstuma, no hay lágrimas. No hay nada, absolutamente nada. Solo este vacío mudo y tenaz que habla por sí solo.


 

SILENCIO DE PÁJARO DORMIDO

Nostalgia pura de la penumbra de jardines y zaguanes austeros y húmedos de la casa silenciosa. Allí nace, presumo, la soledad contemplada de Borges, el fuego interior de su inteligencia. Poemas de muertos, poemas de cementerios solos, poemas inscritos en el mármol fúnebre de la posteridad.

Se me aparecen, en estas páginas, los simulacros de espejos y el horror in situ, el horror calmo, el horror contemplativo, la sensación de que toda tristeza es inútil para arrepentirnos. «Solo la vida existe», pero existe racionalmente dentro del tiempo circular de la muerte. El aterrador asombro frente al silencio del jardín de senderos que más tarde se bifurcarán en los sueños, en los círculos eternos del agua, en el tiempo igualmente circular de Macedonio Fernández.

Las primeras meditaciones acerca de las paradojas místicas, ternura y tristeza, carnicerías de barrio, callejones huérfanos y los banquillos de madera abandonados de la Plaza San Martín. ¿Dónde escribe quien piensa o sueña parado frente a su propio epitafio de sombras? Fervor de Buenos Aires es eso: la disolución intelectual de Dios. Dos poemas sobresalientes me imponen su cruel metáfora del mundo: Carnicería y Despedida. El primero me resume una imagen aterradoramente humana de una cabeza de vaca con ojos nubosos, detrás de las paredes de un templo místico vacío; el segundo, es la disolución del amor que huye o empieza a morir o no puede contenerse a sí mismo. El enigma inicial del mar, precipitándose en oleaje o en algo todavía insignificante, como la luna fantástica en el cielo recién nacido de la poesía.


VÍCTOR MUNITA FRITIS (1980)

TARDES DE CINE

A Laura Antonelli y Alessandro Momo

Éramos niños
extendiendo viejas películas al sol,
desenrollando films desde sus cajas de latón,

intentando ver pequeñas escenas «porno» a contraluz.

Buscábamos el sexo de las señoritas
bajo el quiebre y los daños del film,
rayas en el celuloide, pequeños cortes,
puñaladas intensas, arreboles en un clavel rojo, extendido en el suelo, en nuestras manos,
el film sobre el sol como la ropa que las madres suelen tender en las ideas, antes de lavar.
La luz nos hacía tapar un ojo con la mano, mientras algunos reían ridículos,
simulando ser piratas.
Y dábamos vuelta los films,
curiosos, riendo, jugando, intentando ver
las penetraciones de los jóvenes eslavos en el cine que rodaba por nuestra imaginación.
La naturaleza toda, brillaba en la pupila y nosotros con hambre de sexualizarnos
sobre los microfilms y su luz dispersada.

Más pobres que las ratas,
escudriñábamos la basura del barrio
imaginando a quiénes pertenecían
ciertas maletas, cajas, cintas.
Hacíamos memoria de los solteros,
de las cincuentonas recién casadas con
abusadores jóvenes del vecindario y
nada nos remitía una señal.
Abríamos cajones intentando encontrar dueños
y solo encontrábamos un corazón,
el nuestro
con pequeñas alegrías,
cuando leíamos en diminutos papeles,
que apenas se sostenían en las latas de la película Malizia, 1973-Laura Antonelli y Alessandro Momo/

35 mm./ Exa-Madrid-Estudios. La buscábamos desnuda en la cinta y

no podíamos con nuestras alegrías y las ansias que se arrancaban por la boca.


LAURA ERA EDUCADORA ESCOLAR

Por eso como actriz
nunca la vimos de otro modo,
que como a la mejor maestra
de la escuela de holgazanes
inventada por nosotros.
Nadie se acercaba a ella,
sino por los corrompidos ojos de Momo,

la disputábamos en la niñez y adolescencia.

Con los del barrio,
veíamos las películas, encerrados
en la casa de algún vecino y
desatábamos el placer solitario en
los baños de nuestros hogares.
Del orgasmo dimos paso al horror,
cada uno de nosotros era un caído en su propia/

tumba. Nos troquelaron los pantalones con la noticia:

Momo había muerto y
Laura consumía cocaína
todas las mañanas.
Ahí quedamos, como lo que éramos, adolescentes de 1995.

El Tirreno y El Adriático,
los mares de la península itálica,
cultivan muy bien a sus criaturas predilectas. Alessandro Momo
murió en una moto Honda CB 750
en 1974,
yo me enteré ayer de tan terrible noticia.
En nuestra juventud con él,
nosotros a Laura
quitábamos las bragas bajo la mesa,
la correteábamos por la casa con una linterna y

la contemplábamos tocándonos los huevos; amenazando al mundo con desbordarnos.

Teníamos los dedos
infinitamente adolescentes y
solo llegaríamos a Roma
por los caminos trazados en nuestras manos.


DAVID SANTOS ARRIETA (1979)

SOLO EN EL AULA

Estoy en seco escuchando
toda crítica destructiva,
se llenan de prevenciones y no dicen nada.

Pienso. Escribo

La humildad de la leyenda cristiana
jugando con la paciencia del profesor
toda calidad es discriminatoria
toda mi vida se borra en el pizarrón
pero queda en los cuadernos de mis estudiantes me consuelo.

Borro. Bebo.

Bajo la vela gitana una luna me besa mis pies van al río y vuelven hinchados las ropas que dejaron bailan lentamente y sonríen las ventanas de la casa.

Cierro. Abro.

Las golondrinas gritan sus agallas
las nubes gotean abrigos y sombreros vamos a ser charcos que reflejan el eclipse y evaporarnos con el amor del Inti.

Me voy. Evaporado.

Siendo los colores del uniforme
el corte de pelo a la manera del reglamento…
las semillas perdidas, secas, encerradas en algodón miro el piso no encerado, no hay recursos.

Estoy asumiéndome.

Primeros brotes
de la cancha a los muros
rompiendo el molde de nosotros mismos

ayudando a la rutina a posarse
como raíces somos
como modas que se podan
y como frutos pasivos
cansancio, cicatriz y promesas
gallos, olas y basura
sin ojos podré verlos a todos
en mi sala mando yo.


CECILIA CASTILLO (1949)

LUGARES COMUNES

Dance with me… Le dije esa tarde estirando la mano hacia su cintura

Las dudas cayeron al piso enredadas en la voz
de Engelbert Humperdinck

Desapareció el triste Pub de provincia y nos internamos
en iluminados salones
valseando

This waltz should last forever

Cerré los ojos para acariciarla
y toda su sangre se abrió camino entre mis dedos
¡Ah!… La mujer soñada….
I have fallen in love with you

Pero entonces, en el recodo de la última vuelta
del último Vals

¡Dijo… la muy…!
Oye, por si acaso… yo no entiendo nada de/

inglés… ah…


CERCA DE CAMIRI

Dibújame en el ala de tu sueño pidió mi héroe,

y partió a desflorar la sierra:

y con erecta hombría en ideal de amor,

la fecundó en sangre.
Gimió la tierra por su amante,

mientras suela claveteada

mancillaba sementeras.

(busco la llama de tus ojos, Ernesto,

el color de tu palabra

busco tu herencia de líder

más allá de afiches baratos

o colgajos de bronce
más allá

de los que venden tu recuerdo
más allá
de reformas consensos insultantes)

«Soy consecuente con mis ideas», dijo.

Y su boina

se bebió el infinito.


SOLEDAD FARIÑA VICUÑA (1943)

DONDE EL AMARILLO

Esparcir la mirada
dónde el amarillo dónde
presagio oscuro las comisuras negras
rígidas postergan aclaran amainan
el temporal amaina amaina la mañana
el verde amaina
arrastran saco nocturno las comisuras
y el amarillo dónde
escarban las manos curvas
atolondradas aventan las necias circulares (las mejillas) en radiante espiral
recorre emplasto negro las miradas hundidas en la frente, ataduras profundas
— Cinco son, cinco, apuntan los choroyes — Cinco los surcos hondos taladrados

(observa el ojo inquieto, silenciosa la mueca observa)


VIAJO EN MI LENGUA

………….de arena pantanosa
dos vocales …………..O …………….E
Viajo y rozan los bordes mi arenilla dormida Adentro ………más adentro de la cavidad sonora ………………… tus vocales las mías
………………. ..en el ronco gemido
Me aferro a mis moluscos…….. Penetro las papilas Adentro ……..más adentro llego hasta el estertor ………………..al eco de otra lengua La camino ………………..recorro la nostalgia la cerco
Pero a la piel no llegan claros los envíos
Qué sintaxis Qué paisajes que mis ojos no vieron Quieren brotar desde esas aguas

y tu lengua mi lengua


 

ZULETA VÁSQUEZ (1979)

OCHENTA Y CINCO

No te odio,

si te odiara
ya tendrías tu ataúd
y las negras mariposas comerían de tu molesta carne.

Ya te hubiese comprado flores, escrito tu epitafio

y recitado tus consignas poéticas como discurso político.

No te odio
y la ira desciende almacenada por la rabia, escondiendo maldiciones.


SESENTA Y OCHO

Cuidado,
estoy escribiendo
y los estoy odiando a todos.

No tengo miedo a salir por la boca, ni sofocarme de puñales,
ni terminar de larvar sueños
que se tejen con fin.

He sacado con dolor mi alma a las palabras, la sangre de las líneas y la muerte de ellas,

la soberbia escupirá, será la imprenta
y las pequeñas hormigas sus demonios.

Imposible conformarse con solo morir,

cuidado… voy a escribir.


PAULA BÉCQUER (1975)

TEMPUS FUGIT

Y finalmente
duermes donde no hay sombra
y Parra se ríe.
De tu quejumbrosa reacción
por los semáforos
Y Neruda se lamenta
que la primavera llegó antes
de hacer madurar los cerezos.
Y yo entre digresiones y puntos suspensivos emprendo un nuevo viaje desde
el abecedario griego.


UNA PEQUEÑA HISTORIA

Y el espantapájaros se volvió loco camino a Buenos Aires
Con la singular figura de los burgueses al costado.
Puede que sea la imagen centellante de lo que todos pasan
la consabida vanguardia
y su nuevo traje de literatura
la parodia enigmática
que a unos cuantos sepulta
el pudor en las calles de la
década del 30.


N A T U R A

La década del ochenta
aún se estremece entre mis saltos

El teléfono gira en sus números

como en la ruleta rusa
Todos conocen la historia
y la sociedad
juzgó con la modernidad
de un cruce de personajes.


ISU ALAMO (1986)

BIO MÉTRIKA

Apresurada tempranera busco el toketéo con tu rayo láser

apresurada tempranera

suenan los platos en las cocinas

antes que amanezca cantan pajaritas

a la que madruga
la Chinita ayuda
y le hice una manda
la diosa pintó mis uñas con glifo santo
en la punta de mi dedo índice
ya no hay malezas con insectos
en la punta de mis dedos
ya no crecen mis ganas vivas
de partir y dejarlo todo
mató de raíz emprender el tranco
cerca del río donde todo se diluye
donde todo es un abismo
porque mis metales son más pesados
porque soy la primera
la madrugadora
la tempranera
como día a día
hundo mis huellas en la tierra que no es mía
Es lunes y mi cuerpo ya lo sabe
porque tus cables eléctricos cruzan mis ventanas

y tu láser recorre la piel de mis manos dejo todo grabado
mi huella en las esquinas
estoy dispuesta a mis servicios

y me sumerjo en los cercos magnéticos donde dinamito mis semanas
y yo solo me río
recuerdo haber firmado

el punto g del contrato
«mira tus cables eléctricos acaricia tus vacíos»
en la puntualidad del roce
soy digna en la unidad de medida
cuando muevo mis funciones
y tus espinas limitan mis fronteras
donde ya no arrastro la bolsa
porque estoy dentro de ella
cebada llego al pódium
la gráfica de mi evaluación es la obediencia
el big data selecciona mis pulsos
¿soy el mejor trozo de tu torta o la columna que/

te eleva?

Soy una cifra digna
porque gano siempre sumo
acumulo y edifico
hundo mi dedo en mi tierra húmeda
en el contrato que te firmo
pongo el Punto que germina
con puño firme dar hasta q duela
hasta que olvide mi vida entera al servicio de tu bien ¿vienes hoy?
siempre voy, marco encías

en la entrega mi plusvalía
la vida entera al servicio de tu bien
¿vienes hoy?
siempre voy, con el marco de mis encías
afilo las púas de mis colmillos
yo no aviso si falto y me salto tu firma
yo no llego a la audiencia
es difícil contar los rostros aturdidos del acierto mi hijo me despierta para que le haga un avión/

de papel

con el libro de observaciones de la Junji en la página de mis derechos laborales pongo en remojo
en los océanos y ríos

de mis horas de lactancia
venas miel mía
toda mi leche que arde en tu sistema


LEONOR OLMOS (1988)

YO PUDE ESCRIBIR ESTO PORQUE PUDE

yo pude escribir esto porque pude;
porque el lenguaje me pudo + y me desbordó, porque el lenguaje entró en mí como un derrame como un golpe de caballos dejando tras de sí _ los sonidos puros, los cuerpos puros / he oído a
la muerte abriendo las palabras
desde entonces, viéndolas por dentro, tocándolas, dejándolas vacías he visto un cuerpo habitar en el lenguaje cubrirse con mis formas ocultarse
en mis endebles estructuras; lo he visto decir el poema, reír bailar aparecer en la maleza _ narrarme _ darme vida en la ficción; lo he visto introducir en mi carne: máquinas,
nervios, materia pura e impura _ sudor _ un contagio de piel a piel de cuerpo a cuerpo

/ un acuario lleno de peces anudados sobre
mis manos vi las planicies encenderse, pero cerré mis ojos pero llené mis ojos de sonidos de roturas
aquí en el pacífico el dolor está lleno de mar
aquí en la costa del pacífico
el dolor / dirige todo relato

todo acceso al relato, a unos pocos alambres como único vestigio

allí el pez & la opacidad del pez desnuda el símbolo

fagocita arremete
toda estabilidad

el símbolo
captura todo vínculo posible

entre un habla & otro

un acuario lleno de mar lavando el lenguaje, cosiendo el lenguaje sobre mis huesos

pez sobre herida — pez como animal milenario con la historia del mundo sobre sí / pez en el barro — susurrando las profundidades de la fosa pre signo la casa exhala dice exhalar arroja sus aguas contaminadas
sobre la superficie

un acuario

en el cual los sonidos se disuelven;

un acuario

en el cual

el tiempo & los lenguajes se confunden


YO NO ALIMENTO A ESTE DOLOR

yo no alimento a este dolor
yo no llamo a este dolor, pero se pega a mis huesos, pero se pega a mi carne / pero entra & se queda algunas veces / pero las pantallas hablan con él / pero las pantallas llenan de zumbidos de insectos el aire espeso

el aire tibio
el aire & su vacío tomándome en brazos,

en el aire brotan cosas —oigamos lo que dicen esas voces que nada tienen que decir, oigamos la paranoia su cielo estrellado su cielo contaminado su cielo que enferma
mis pulmones _ su cielo— batalla en una fase agónica en una fase

de i n c e r t i d u m b r e / oigamos, es posible oír es posible oír atravesar los sonidos quedarse ahí en ese instante
quedarse ahí y ser otra cosa

quedarse ahí y ser otra cosa y llevar consigo todas las palabras
y llevarlas consigo
incrustadas en piedra;

supongamos que el dolor es solo un punto refractario, utilicemos el dolor como

punto en movimiento —
todo desde allí es hierba paisaje puro; cavar un pozo, alimentarme, ver la nieve

profundizar e l e s p a c i o
entre las cosas, capturar ese espacio aletargar los sonidos

he quedado sola en una casa que intenta defenderse,
nada sé de los nudos & las cuerdas extendidas en el piso

/saber como quién degüella al pájaro con la

muerte casi encima /

y no mirar desde adentro; y caminar

siempre otra

Captura de Pantalla 2022-10-16 a la(s) 20.23.19
admin

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